Para hablar de prevención es necesario hablar de Derechos Humanos y en México el año 2011 fue un parteaguas, pues marca un antes y un después, ya que es en ese año donde nuestro país reconoce en todo acto público y privado a los derechos humanos, al principio pro persona y al control de convencionalidad, como fundamentales para todo acto.

Estos tres elementos vinieron arrasar ideologías, teorías, historia, principios y tradiciones en el sistema jurídico mexicano, pues los cambios fueron profundos gracias a la reforma ordenada desde el seno del Sistema Interamericano de Derechos Humanos derivado del caso de Radilla Pacheco contra México. Entender esta información como el sustento del por qué México cambió y debe seguir cambiando desde todos los ámbitos, como lo es el público, como son las normas, políticas públicas, instituciones, hasta el privado con la relación interpersonal que existe en nuestro país, el cómo nos vemos los ciudadanos interactuando unos con otros. Aunque nos resistamos al cambio, esto ya sucedió.

Hablar de prevención en nuestro país es remontarnos a 1995, año donde se establece a la prevención del delito y las infracciones como la estrategia idónea para combatir a la delincuencia desde antes de que sucedan, eso sigue siendo aplicable desde la lógica policiaca, desde la lógica de la seguridad pública, pero pensar en prevención desde la gobernanza no debe estar limitada a la prevención de los delitos pues esto motiva enormes barreras que no permiten construir procesos rumbo a sanar el tejido social y romper con los ciclos de violencia en el país.

Porque debemos de ponderar la prevención de las violencias y no del delito. Muchas de las formas de violencia, como la discriminación, la psicológica, la de género, la escolar no necesariamente constituye un delito, pero si pueden causan un daño profundo a las personas y a la sociedad; por lo mismo es necesario considerar lo siguiente:

    • La violencia tiene raíces profundas en la sociedad que afecta a temas sociales, económicos y formativos, enfocarnos a los delitos, dejamos fuera las causas que motivan los diversos tipos de violencia;
    • Hablar de prevención de las violencias es darle un enfoque integral que aborda causas y no solo consecuencias como lo es un delito, se involucra a la sociedad para su resolución de paz;
    • Atenderlo desde la prevención primaria es prevenir la violencia desde antes de que ocurra, incluso disminuir los daños y reducir intervenciones posteriores, como la atención a víctimas o la persecución penal;
    • Hablar de prevención de las violencias es hablar de promoción de paz, buscando deconstruir la cultura de la violencia por una cultura de paz para alcanzar sociedades pacíficas y justas

Hablar que la prevención desde la gobernanza se debe atender desde la prevención de las violencias, tiene sentido cuando la atención a los derechos humanos desde el poder cambia de una visión centrada en el Estado como único actor, a una concepción más amplia que involucra a diversos actores sociales, instituciones y niveles de gobierno, es decir, la aplicación del Humanismo Mexicano.

Hablar del Humanismo Mexicano es hablar de participación ciudadana, transparencia, rendición de cuentas, estado de derecho, institucionalidad democrática, cooperación interinstitucional, todo lo anterior con un enfoque basado en derechos. Las políticas públicas deben diseñarse y ejecutarse desde una perspectiva de derechos humanos, es decir, poniendo a las personas en el centro de las decisiones y garantizando que sus derechos sean respetados, eso es cuando hablamos de humanismo mexicano.

Es a través de la gobernanza basada en los derechos humanos que se aumenta la legitimidad del Estado y fortalece el vínculo entre gobernantes y gobernados, desde la gobernanza corresponde la promoción de los derechos humanos y la resolución pacífica de conflictos lo que contribuye a prevenir no solo la violencia, sino también la inestabilidad y el conflicto social, cumplir con los indicadores internacionales es conseguir mejores calificaciones en los gobiernos y eso se logra con la gobernanza, hablar de humanismo mexicano también es hablar de las minorías, es decir, que la gobernanza democrática ayuda a fortalecer la protección de las minorías.

En conclusión, es necesario que la intervención desde las áreas de gobernanza en esta nueva etapa del Humanismo Mexicano en el país, sean desde la prevención de las violencias y no desde la prevención del delito que tradicionalmente se viene haciendo desde antes de la reforma constitucional del año 2011, situación necesaria para lograr construir procesos de paz.

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